jueves, 3 de abril de 2008

LA VUELTA AL MUNDO: TRAS LOS PASOS DE PHILEAS FOGG.

AUTORES: Paula Cava, María Duque, Patricia Ibáñez, Aitor Rodríguez y Fernando Roldán.

LECTURA: "La vuelta al mundo en 80 días"

LA VUELTA AL MUNDO EN 80 DIAS.

La vuelta al mundo en 80 días es una novela, escrita en 1873 por el francés Julio Verne (considerado por muchos como el padre de la ciencia ficción), que tiene como principal personaje a un rico inglés, frecuentador de clubes.

Cuenta la historia de Phileas Fogg, un hombre rico, miembro del Reform Club, que apuesta a Stuart que puede dar la vuelta al mundo en tan sólo 80 días.

Argumento

Phileas Fogg es un millonario inglés residente en Londres, en la segunda mitad del siglo XIX. Solitario, metódico, escrupuloso en todas sus actividades, y sumamente celoso de la exactitud de su itinerario diario (se cuenta que vigilaba dar el mismo número de pasos todos los días al ir de su casa al Reform Club), al grado que despide a uno de sus criados por una diferencia en los grados centígrados del agua que usaba para afeitarse. Ese despido del criado coincide con la llegada del criado francés que le acompañará en su travesía. Este criado conocía del sedentarismo de Fogg y lo único que deseaba era una vida tranquila al lado de un caballero apartado de toda aventura.

Un día, en Londres, el protagonista, Phileas Fogg, decide apostar que sería capaz de dar la vuelta al mundo en 80 días. Esta idea le surge por una nota del periódico que leía diariamente, el Morning Chornicle, en el que se calculaba cuál sería el tiempo mínimo para dar la vuelta al mundo conforme a los tipos de transporte de la época (barco y tren básicamente), que justo se estimaba en 80 días pero sólo como una teoría. En cambio, Fogg sostiene frente a sus colegas del club que él era capaz de materializar esa teoría, y para demostrarlo apuesta 20,000 libras (la mitad de su fortuna), frente a cuatro de sus colegas que se comprometen a partes iguales. El protagonista parte de Londres en presencia de sus colegas y da su palabra de volver exactamente a la misma hora ochenta días después.

Lleva con él a su sirviente Passepartout, mucho dinero (20.000 Libras de la época, que era la mitad de su fortuna no comprometida en la apuesta, pues la otra mitad se había quedado en el banco para garantizar la apuesta) y muchas ganas de ganar la apuesta. Pero, en Londres, unos días antes de la salida de Fogg, ocurre un robo en el Banco de Inglaterra por 50.000 libras, y casualmente se reporta una filiación del ladrón que coincidía con la de Fogg. Entonces, teniendo en cuenta la cantidad de dinero que Fogg llevaba consigo y su repentina salida, el detective Fix sospecha de Fogg y va en su búsqueda, viajando alrededor del mundo en los mismos trenes o barcos que el viajero. El detective tenía la idea de arrestar a Fogg tan pronto recibiera la orden de arresto, pero como tenía la limitación de que no podía arrestar a Fogg en ninguna parte del mundo que no fuera territorio británico, ese detalle administrativo le obligará a dar la vuelta al mundo junto al sospechoso, a quien le finge amistad y de quien incluso recibe el pago de sus gastos de viaje.

El itinerario de Fogg inicia en Londres, para viajar a Calais (Francia), de ahí al Canal de Suez y posteriormente a la India. Fogg procuraba gratificar generosamente a los encargados de los transportes (principalmente barcos) para ganar tiempo en su itinerario. En el trayecto entre Bombay y Calcuta, que se hacía entonces en un tren, el viajero se topa con que la línea no estaba concluida, y como medio de transporte alquila un elefante, llamado Kiumi, domesticado por un guía local. Con esa montura atraviesa la selva de India, pero se encuentra un cierto día con un séquito de nativos que preparaban la cremación ritual del rajá de Bundelkund, y de su joven esposa, Auoda, que por las costumbres locales debía morir junto a su anciano esposo. Indignado por el barbarismo de esa costumbre, Fogg decide rescatar a la joven aprovechando el tiempo que llevaba de ventaja en su viaje. Acompañado por su criado y un gentelman llamado sir Francis, el grupo tiene que esperar hasta el siguiente amanecer para intentar el rescate, impedido por la gran multitud que acudía al ritual, y en el momento de la cremación es el criado de Fogg quien con gran audacia logra llevarse a la joven.

El siguiente paso del itinerario es la travesía en barco entre Calcuta y Hong-Kong, que transcurre sin mayores contratiempos. Pero en Hong-Kong, Fogg pierde el paquebote que lo trasladaría a Yokohama en Japón, y se ve obligado a contratar una pequeña goleta que con muchas dificultades hace el recorrido en medio de una fuerte tempestad. Además, Fogg tiene que salir de Hong-Kong con grandes prisas y sin su criado, que es engañado por Fix y emborrachado en una taberna de fumadores de opio, para obligarlo a separarse de su amo. El criado de Fogg, llega solo a Yokohama y tiene que vender su traje europeo para comer algo, y se ve obligado a entrar en un compañía de circo para tratar de conseguir un pasaje a San Francisco. Justo en la última función del circo, Fogg por mera casualidad encuentra a su criado y a toda prisa abordan el barco que los conducirá hasta San Francisco en Estados Unidos. Fix, por su parte, a completo disgusto se ve obligado a seguir a Fogg hasta América, pues ni en la India ni en Hong-Kong, que eran entonces territorios británicos, había recibido la orden para arrestar a Fogg, a quien seguía confundiendo con el ladrón del banco.

Ya en San Francisco, Fogg, su criado y Fix se ven envueltos en un mitin político entre bandos rivales, en época de elecciones y son arrollados por la multitud. En esta pelea, Fogg es golpeado por el coronel yanqui Stam Proctor, a quien reta verbalmente para la siguiente vez que se llegaran a encontrar. El viaje a través de Estados Unidos lo hacen en tren, pero en esa larguísima travesía, en una ocasión el maquinista se ve obligado a atravesar un puente en ruinas que se desploma tan pronto pasa la máquina. Y en otra ocasión, cuando Fogg y sus acompañantes para matar el tiempo están jugando al twist, el coronel Stam Proctor aparece para importunar a Fogg y aprovecha para lanzar su reto de duelo por su primera rencilla. Fogg acepta el duelo y acuerdan batirse en el último vagón del tren. Pero justo cuando están por intercambiar disparos, el tren es atacado por una banda de sioux. Los pasajeros como pueden resisten el ataque, pero los indios golpean a los maquinistas para que la máquina pierda el control y no se detenga en el fuerte más próximo. El criado de Fogg de nuevo se encarga de resolver la situación y logra llegar a la locomotora para detener la marcha del convoy. Aunque, una vez que los indios son ahuyentados por unos soldados y la situación se calma, Fogg descubre que su criado no está y supone que fue capturado por los indios. Por sus deudas de gratitud con él, Fogg decide sacrificar el destino de su viaje para salvar a su criado, y lo logra, pero a cambio pierde la continuidad de su itinerario. Para tratar de reponer tiempo y llegar a Nueva York para abordar el barco que lo llevaría a Europa, Fogg contrata otro extraño medio de transporte, una especie de barca con patines impulsada entre la nieve a base de viento.

Una vez en Nueva York, Fogg descubre que su paquebote de regreso a Europa ya había partido y que el próximo tardaría varios días en zarpar, lo que condenaba su empresa al fracaso. Pero Fogg no se desanima y decide buscar en el muelle a algún armador dispuesto a hacerle un viaje especial. Así encuentra al capitán Speddy, propietario del Henrietta, un barco viejo y de poca velocidad que sólo llevaba carga y no pasajeros. Pero por una fuerte suma Fogg convence al marinero de embarcarse a la brevedad y así zarpan a toda prisa hacia Burdeos. Sin embargo, en el curso del viaje, Fogg con ayuda de su criado encierra al capitán en su camarote y toma él mismo el control del barco, desviando la ruta de Francia hacia Inglaterra y haciendo quemar toda pieza útil de la estructura de madera del barco para poder mantener las calderas a toda capacidad, usando también las velas para navegar. Aunque todos estos esfuerzos no le permitieron avanzar con la velocidad requerida, y ya entrado el viaje, Fogg decide sacar al capitán de su encierro para proponerle la compra del barco, o lo que quedaba de él. El furioso capitán accede por la jugosa oferta, ante el asombro de Fix quien había visto como Fogg había pagado grandes primas a los maquinistas de barcos y trenes y ahora se atrevía a comprar él mismo un barco, lo que le confirmaba su idea de que Fogg debía ser el ladrón de Londres, que había dado la vuelta al mundo para despistar a toda la policía, por lo que Fix se propuso arrestarlo tan pronto pusieran pie en Inglaterra.

Con el tiempo muy limitado, los viajeros llegan primero a Queenstown en Irlanda y luego a Liverpool, donde Fogg es finalmente detenido por Fix y va a parar a una prisión provisional. Pero cuando estaba haciendo cálculos sobre si aún tendría tiempo de ganar la apuesta, Fix tiene que informarle que quedaba liberado por haber sido confundido con el ladrón del banco que había sido detenido días antes. Después de darle un golpe a Fix, Fogg tiene que rentar otro tren especial para poder llegar a toda prisa a Londres. Pero todo esto no le basta para cumplir su propósito porque al arribar a Londres lo hace con cinco minutos de retraso sobre la hora fijada.

Fogg se dirige de nuevo a su casa y al día siguiente, dando ya por perdida la apuesta, decide proponerle matrimonio a Aouda, en el entendido de que ahora es un hombre arruinado. Pero la mujer lo acepta sin reparos y Fogg manda a su criado a preparar una boda con el reverendo, y es así como el criado se entera de que justamente, era el día en que Fogg debía llegar al Reform Club. Y es así como a toda prisa, Fogg toma un carromato para llegar al club, donde en efecto lo estaban esperando sus cuatro colegas, y entra al salón donde lo esperaban justo al marcarse la hora pactada. La causa de la confusión, había sido que Fogg hizo todo su viaje hacia el oriente, con lo que ganó cinco minutos por cada grado de la circunferencia terrestre recorrido, de modo que al final de su viaje, llevaba un día entero de ventaja, que pudo aprovechar justo en el día 80. Con esto Fogg logra ganar la apuesta, aunque no dinero porque la mitad de su fortuna la había gastado en su viaje, por lo que decide donar lo poco que le sobró del viaje a Fix y a su criado, sintiéndose en cambio afortunado por haber encontrado una esposa.


NUESTRA VUELTA AL MUNDO EN 10 ETAPAS. TRAS LOS PASOS DE PHILEAS FOGG.

Hola, bienvenidos a nuestro viaje. Somos alumnos de 1º de la E.S.O. y vamos a relatarte el viaje que hemos imaginado, emulando el viaje que Julio Verne describe en su obra "La vuelta al mundo en 80 días". Esperamos que disfrutes con nuestra experienca.

1ª ETAPA. DE MADRID AL CIELO DE TURQUÍA. VOLANDO POR EL MEDITERRÁNEO.
La primera etapa de nuestro viaje, se antojaba la más emocionante. Era la primera vez que montábamos en avión y la travesía de cruzar el mar Mediterráneo nos resultaba bastante atractiva. Desde la ventanilla del avión, no sin sentir el cosquilleo y los nervios del despegue, pudimos ver las islas Baleares y, casi en un instante, la isla de Cerdeña. Pronto las aguas del Tirreno nos presentaron las costas de la península Itálica, hogar del consagrado e histórico Imperio Romano. Tras una pequeña escala en el aeropuerto de la capital, Roma, rápidamente embarcamos dirección Atenas. Para ello, en tan sólo una hora, cruzamos el mar Adriático y sobrevolamos de oeste a este la península helénica. Fue muy emocionante, porque todos nos acordamos de las explicaciones del profesor sobre la Antigua Grecia, cuna de la civilización occidental. Lástima que no contábamos con el tiempo suficiente para realizar una escala y visitas ruinas como la Acrópolis de Atenas y templos como el Partenón. Desde el puerto ateniense del Pireo, cogimos un barco y atravesamos las aguas turquesas del mar Egeo hasta llega a la península de Anatolia, la actual Turquía.

2ª ETAPA. DE LA LEJANA ANATOLIA A LA EXÓTICA ISLA DE LOS GORILAS DE BORNEO.

3ª. DESDE BORNEO A LAS ISLAS DE OCEANÍA.

Después de la llegada a Borneo, decidimos pasar la noche en la denominada Isla de los Gorilas. Tras descansar y coger fuerzas para el próximo viaje, nos dirigimos al puerto para reservar los billetes de embarque para una nueva aventura. Debíamos cruzar los Mares del Sur del Océano Pacífico y dirigirnos a las exóticas costas de Oceanía.
En la larguísima travesía del barco, nos hartamos de jugar al parchis. Fue un viaje bastante aburrido, solo consolado por las espectaculares vistas de las miles de islas y atolones que encontrabamos en la Polinesia. Finalmente llegamos a la gigantesca isla de Austria, concretamente a una de sus principales ciudades, Sydney. Cerca del puerto, tomamos un taxi con su volante al revés y nos hospedamos en un hotel. Por la manaña todos nos levantaríamos y visitaríamos la ciudad, como de costumbre. El Teatro de la Ópera fue uno de los monumentos más bonitos que pudimos ver. Incluso asistimos a una actuación, de la que no nos enteramos mucho porque se realizaba en inglés. Algunos de nosotros no aguantaron y se fueron a las hermosas playas de la costa sur para darse un chapuzón antes de planificar el próximo viaje.

4ª. CRUZANDO EL ÍNDICO: DE SYDNEY A SUDÁFRICA.

Tratábamos ahora de cruzar el océnao Índico. La travesía volvía a ser larga, dado que lo haríamos de nuevo en barco, pero la escala que íbamos a hacer en la legendaria isla de Madagascar, lo hacía verdaderamente apetecible. En Madagascar comprobamos una fauna que jamás habíamos podido imaginar, aunque su población pasaba verdaderamente hambre y los umbrales de pobreza que allí se respiraban nos dejó un poco tristes.
De Madagascar nuestro destino sería la ciudad de El Cabo.

5ª. DEL CABO DE BUENAESPERANZA A LA TIERRA DE FUEGO.

Eran las ocho y todos ellos tenian que coger el billete de avión para poder viajar a Chile. Se dirigieron a una agencia de viajes, alli les dieron cinco billetes. El avion despegaba a las diez de la mañana lo que suponia pasar la noche en Sudáfrica.

Como desembarcaron en la Ciudad del Cabo, a unos 50 km habia una ciudad que se llamaba Worcester. Alli habia hoteles y podian pasar la noche en uno de ellos. Después de una hora llegaron a Worcester y se dirigieron al primer hotel que vieron , el hotel Worcester. Cada uno cogió su habitacion y se despidieron hasta mañana.

A las 9:30 de la mañana todos estaban preparados.A 20 metros de la ciudad habìa un aereopuerto.Cuando llegaron se dirigieron a la terminal 4, se sentaron en sus respectivos asientos y se esperaron a que despegara el aviòn. Les esperaban 14 horas de viaje, así que se acomodaron.


6ª. DE TIERRA DE FUEGO A LA COSTA CARIBEÑA.

A las 2:00 de la mañana llegaron al aeropuerto y todos se despertaron. Estaban en la ciudad Torres del Paine.

Ahora se deberian atravesar Sudamérica y dirigirse a la Costa Caribeña. Su destino era Vila Vela. Todos querian ir en globo. Querían emular a Samuel Fergusson, pero en vez de cruzar África, cruzarían el subcontinente americano. Casualidad que en la misma ciudad habia viajes en globo. Se dirigiero hacia alli y cogieron el primer globo que vieron.

Cogieron muchas provisiones porque el viaje era de 2 semanas. Todos pagaron su billete. A las 2 empezaban a volar, el encargado de dirigir el globo era Aitor que lo hacia muy bien.

Después de 1 dia Fernando estaba cansado de viajar. Solo quedaban 3 dias de viaje, tenian mas ganas de llegar,,,

Después de 2 días y medio, estaban muy cerca de Vila Vela. A las 4 llegaron a Vila Vela.


7ª. DE LAS COSTAS CARIBEÑAS AL GÉLIDO MAR DE BERING.

8ª. CRUZANDO EL ESTRECHO DE BERING. BIENVENIDOS A ASIA.

9ª. SIBERIA Y ESCANDINAVIA.

Todavía nos quedaban muchas aventuras. Debíamos coger el tres desde Anadry, en el extremo oriental de Rusia, para cruzar toda la gran llanura Siberiana y llegar a Escandinavia, cuna de la cultura vikinga. Iban a ser 14 días de tren, incluído el viaje mítico en el Transiberiano hasta Moscú. Desde la capital rusa viajamos a Helsinki, capital de Finlandia, país de los lapones. El paisaje era espectacular: divisamos el gran bosque boreal, con nieves que cubrían la mitad de los abetos y, por supuesto, trineos tirados por renos.
Cruzamos el mar Báltico en barco y visitamos las costas de Suecia y de su capital, Estocolmo, para atravesar el estrecho danés y llegar al Atlántico Norte. Los grandes fiordos Noruegos nos esperaban ahora y Oslo era nuestro penúltimo punto de llegada.

10ª. DESDE LOS FIORDOS NORUEGOS HASTA LA PENÍNSULA IBÉRICA.